Pasaron seis años desde que esto ocurrió. Estabamos en 1º “A”. Amparo, Facundo, Lola, Renata, Sofía, Aylin y yo vimos cosas que hoy en día no sabemos si fueron reales o no. Todo empezó gracias a un cuadro, un pasillo y dos baños. Cabe aclarar que no le teniamos miedo a nada.
Era un recreo como cualquier otro. Otro recreo en el que hablábamos de fantasmas, hombres lobo, brujas y esas cosas. Observamos a los costados del patio del colegio y vimos un pasillo con dos baños, la cocina del colegio y algunas oficinas. Cuando entramos observamos unos cuadros de años anteriores que llamaron nuestra atención, pero justo tocó la campana. Al día siguiente faltaba uno y así era sucesivamente todos los días. Cuadros que faltaban, que caían y baños con cosas raras tales como sangre en los espejos. No encontrábamos una explicación lógica para eso.
Habían pasado semanas desde lo ocurrido y con Facundo decidimos regresar a investigar. Cuando entramos vimos que un cuadro se movía y caía sobre el piso, entonces salimos corriendo a más no poder. Le contamos a los demás y no sabían que hacer. Después de unos días de “INVESTIGACIÓN”, como le decíamos nosotros, dimos por cerrado el tema ya que no podíamos con el miedo.
Después de cuatro años esto volvió a ocurrir sólo que en el laboratorio. Los bancos se cambiaban de lugar y siempre había un cuadro que parecía que hablaba. ¡Nosotros creíamos que había duendes!. Lo que nunca pensamos es que pudo ser la maestra del laboratorio.
Estas no fueron las únicas oportunidades, ¡sino que hubo muchas más!. Duendes, fantasmas, siempre lo mismo. La verdad ya no se que creer.
Puede que sea obra de nuestra gran imaginación pero yo sé que muchas de esas cosas ocurrieron realmente, aunque muchos no nos crean.
Era un recreo como cualquier otro. Otro recreo en el que hablábamos de fantasmas, hombres lobo, brujas y esas cosas. Observamos a los costados del patio del colegio y vimos un pasillo con dos baños, la cocina del colegio y algunas oficinas. Cuando entramos observamos unos cuadros de años anteriores que llamaron nuestra atención, pero justo tocó la campana. Al día siguiente faltaba uno y así era sucesivamente todos los días. Cuadros que faltaban, que caían y baños con cosas raras tales como sangre en los espejos. No encontrábamos una explicación lógica para eso.
Habían pasado semanas desde lo ocurrido y con Facundo decidimos regresar a investigar. Cuando entramos vimos que un cuadro se movía y caía sobre el piso, entonces salimos corriendo a más no poder. Le contamos a los demás y no sabían que hacer. Después de unos días de “INVESTIGACIÓN”, como le decíamos nosotros, dimos por cerrado el tema ya que no podíamos con el miedo.
Después de cuatro años esto volvió a ocurrir sólo que en el laboratorio. Los bancos se cambiaban de lugar y siempre había un cuadro que parecía que hablaba. ¡Nosotros creíamos que había duendes!. Lo que nunca pensamos es que pudo ser la maestra del laboratorio.
Estas no fueron las únicas oportunidades, ¡sino que hubo muchas más!. Duendes, fantasmas, siempre lo mismo. La verdad ya no se que creer.
Puede que sea obra de nuestra gran imaginación pero yo sé que muchas de esas cosas ocurrieron realmente, aunque muchos no nos crean.
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